martes, 29 de enero de 2013

Y parte de no poder ponerle limites a mi imaginación consiste en recordar CADA detalle (tu tono de voz al hablar, tu torpeza al entrelazar las palabras y formar una frase, los colores de tu pelo, tu forma tímida de decir te quiero, como te costaba mirarme a los ojos, salvo cuando peleábamos, tu aspecto tan descuidado, tu comportamiento ante la comida, tu rara forma de expresar tus deseos, tus limites, tus caricias tan estructuradas y coordinadas, tu sonrisa, tu piel tan temblorosa, tu forma de escribir... de pedir... tu fanatismo hacia el deporte, tu cara pálida como una vela, tu olor dulce y empalagoso, tu forma de abrazar, la ternura que desprendes al dormir en mi cama, mi serenidad al apoyarme en tu pecho, mi respiración sonando al compás de la tuya). Recuerdo cada momento, cada frase, cada pensamiento y a partir de eso sigo escribiendo... en mi mente... una historia juntos, que al fin y al cabo por mas absurdo que parezca, es lo que hoy, me alimenta.

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