sábado, 25 de mayo de 2013

Sabes a donde van las palabras que no se dijeron? A donde va lo que querés hacer y no haces? A donde va lo que querés decir y no decís? A donde va lo que no te permitís sentir? Nos gustaría que lo que no decimos caiga en el olvido, pero lo que no decimos se nos acumula en el cuerpo, nos llena el alma de gritos mudos. Lo que no decimos se transforma en insomnio, en dolor de garganta. Lo que no decimos se transforma en nostalgia, en destiempo. Lo que no decimos se transforma en deber, en deuda, en asignatura pendiente. Las palabras que no decimos se transforman en insatisfacción, en tristeza, en frustración.

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