Solemos creer que somos los que mas sufrimos.
Todos tenemos una historia atrás, que nos envuelve,
nos protege, nos limita y condiciona y se refleja en cada
acto, en cada palabra y en cada beso.
Esa historia hay que escribirla,
en un avión de papel o en la arena.
Hablarla con duendes.
No para cambiar,
sino para entender.
No hay comentarios:
Publicar un comentario