domingo, 13 de octubre de 2013

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Voy andando por el camino de tierra, hasta que me encuentro con un lago.
Este tiene rocas, las cuales puedo ir pisando y así llegar al otro lado.
Piso la primera, mi corazón se acelera.
No me gusta saltar a la próxima piedra sin antes tenerla focalizada... así como no me gusta terminar algo hasta que sepa que otra cosa viene en camino.
Salto a la segunda, miro la roca anterior... veo que en el barro de la piedra deje una huella... y mi bota embarrada es otra huella.
Miro por ultima vez, con amor, la roca anterior; respiro, doy un impulso y salto a la siguiente.
El proceso se repite, al igual que la tierra gira, que los pájaros vuelan y que todo sigue funcionando en este mundo... excepto yo, que tengo una huella de barro en mi bota, un te extraño en la mente, un recuerdo en el alma y una imagen en el corazón.

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